Deseos de Venganza Cap 3-4-5

[gabito]

Deseos de venganza



Capítulo III


Esa noche, en el escondite de la pandilla de Claudia. Eugenia despertó sobresaltada. Estaba enrollada en la frazada que cubría su cama.
- Hola compañera.- Dijo Florencia.
-¿Qué estás haciendo, Flor?-
-¡Oh... nada en particular! Te dije esta tarde que me había quedado con las ganas de seguir haciéndote cosquillas. Y eso es lo que pretendo hacer.- Florencia explicó sus intensiones.
-¡Ni se te ocurra! Ya te dije que no me gustó nada. Que había sido algo horrible. Si no me sueltas, llamaré a Claudia, y ella arreglará todo.- Amenazó Eugenia.
- La jefa no está, así que puedes gritar pidiendo toda la ayuda que quieras. Desde aquí, ni siquiera los que anden por las calles te oirán. Lo he pensado muy bien.- Dijo Florencia mientras se acercaba a los pies de Eugenia.
La chica trató de retorcerse con la clara intensión de liberarse, pero no lo consiguió. Solo su cabeza y sus pies eran capaces de movimiento alguno. En verdad estaba atrapada y a merced de su compañera.
Florencia deslizó con suavidad, las yemas de los dedos de ambas manos, sobre los pies de Eugenia. Esta, sintió casi de inmediato la necesidad de reír, como descarga involuntaria de las sensaciones que atravesaban todo su cuerpo, pero, al igual que antes, trató de contenerse. Los movimientos de Florencia aumentaron en velocidad, pero no en presión, lo que hacía que Eugenia tuviera cierto grado de éxito.
-¿Sabes? Una parte de mí es muy masculina. Y entiendo la fascinación que los hombres sienten por los pies femeninos. Y los tuyos son preciosos.- Confesó Florencia.
Apretando los dientes y respirando profundo, Eugenia tomó el aire suficiente para hablar sin reírse.
- Basta, Flor. Arghhh No me hagas cosquillas en los pies. Es un sufrimiento.-
- Tal vez sea un sufrimiento para ti, pero para mí, es muy divertido.- Dijo Florencia.
Después de decir eso, comenzó a utilizar las uñas para acosar a su compañera. Los dedos se movían con rapidez atacando en las plantas de los pies. La sensación del filo de las uñas, dio por tierra cualquier intento de resistencia por parte de Eugenia, quien estalló en carcajadas.
-¡No hahahaha ahahhahahha ahahahahha basta hahahaha Florencia ahahahhaha no! ¡Hahahhaah hahahaha! ¡Me estás hahahahaha matando hahahahaha!-
- Bien, parece que mis uñas hacen un buen trabajo.- Exclamó satisfecha Florencia, sin dejar de hacerle cosquillas en los pies a Eugenia.
-¡Basta! ¡Por Dios, hahahhahahahhahhaha basta!- Rió la chica, mientras su cuerpo temblaba incapaz de dar otra respuesta aparte de la risa.
-¡Flor hahahhhahahahh aaayyyy no, no, no! ¡Hahahhahaha hahahahhahah! ¡Detente! ¡Hahahahahaha hahahhaahaha!- Siguió riendo.
Luego de cinco minutos, y para evitar que las plantas de los pies de Eugenia se volvieran insensibles y terminaran con su diversión, Florencia se dedicó a atormentar la piel de entre los dedos. Hundió sus uñas con suficiente cuidado para no lastimarla, pero lo bastante como para que las cosquillas fuesen tan efectivas como lo deseaba. En este punto, Eugenia jadeaba, y luchaba con más vehemencia intentando librarse de su prisión, cosa que no resolvería mucho, pues la mayor fortaleza física de Florencia, le permitiría dominarla y seguir haciéndole cosquillas todo el tiempo que quisiese.
-¡Por favor, hahahahahahahaha no! ¡Por hahahhaha favor hahahha basta hahahhahaha ya no ahahahhahahha aguanto más! ¡Florencia hahahahahahahah!- Eugenia continuaba suplicando, en vano.
Los ojos de Florencia brillaban de gozo. Aunque también le gustaban las mujeres, no fue sino hasta que su compañera estuvo en el potro de tormentos de Claudia, que su interés por las cosquillas despertó.
Después de media hora de torturar a Eugenia haciéndole cosquillas en los pies, el entusiasmo de Florencia no había decaído en lo más mínimo. En cambio, su compinche, estaba extenuada. Su cuerpo sudaba profusamente, más que por el encierro en la manta, por la insoportable penuria que padecía. Las sensaciones la abrumaban. Había perdido la coordinación de su cuerpo, y le resultaba dificultoso organizar sus pensamientos. Ya sin fuerzas para luchar, lo único que podía hacer era reír. Y ya ni siquiera a carcajadas, el aire le faltaba y jadeaba desesperadamente.
¡Hahahahahaha ahahahha ahhahahaha! ¡No, no! ¡Hahahahah hahahha! ¡Por Dios! ¡Hahahahahha hahaahahhah!- Era la débil respuesta involuntaria, la súplica por piedad, que la pobre Eugenia podía brindar.
- Esto me excita mucho, Eugenia. Si tanto lo quieres, puedo soltarte para que tengamos algunos juegos sexuales.- Dijo Florencia.
-¡No hahahhaha! ¡Jamás haahahhaha! ¡Basta hahahha...!-
De pronto hubo silencio. Florencia se detuvo, y levantó la cabeza para mirar a Eugenia. La chica había quedado inconsciente, la extremada estimulación de sus sentidos, la falta de aire, el calor, la fatiga, quien sabe. Lo único cierto era la frustración que sintió Florencia.
- Chica floja. Pocas luces y cuerpo débil, aunque muy bien formado, debo reconocer.- Dijo Florencia para sí misma en voz alta. – Pero no faltará otra oportunidad, ya verás. Mientras tanto, quizás Claudia me deje divertir con la chica que secuestramos esta tarde.- Florencia trató de conformarse.




Capítulo IV


- Despierta, bella durmiente.- Dijo Florencia al tiempo en que sacudía el hombro de Romina para hacerla reaccionar. – Ya son más de las diez de la mañana. Traje algo para que comas, luego volveré para llevarte con la jefa.-
Romina, somnolienta, no estaba segura de haber escuchado todo el mensaje, pero se sentó en la cama ubicada en un rincón del cuarto. Contra la otra pared, había una pequeña mesa en la cual la extraña que la despertara, había dejado una bandeja con un tazón de café con leche, y unas media lunas de grasa. Se frotó los ojos intentando hacer memoria de lo ocurrido e identificar el lugar en donde se encontraba. Las paredes tenían el color gris del cemento a la falta de pintura. Además del par de tubos fluorescentes que iluminaban desde el techo, no había otro mobiliario en el lugar. Una sola puerta y la ausencia de ventanas, la hizo concluir que se trataba de un sótano. En donde, obviamente, estaba prisionera.
Salió de la cama, se estiró, se sentó sobre el colchón y comió. Trató de mantener la calma, e imaginar las opciones que tenía dada la situación, pero no podía llegar a ninguna conclusión al menos hasta hablar con la jefa que la mujer había mencionado.
Al terminar su desayuno, se acercó a la puerta de la habitación, la cual como era de esperar, estaba cerrada por fuera. Golpeó con fuerza para asegurarse que la escucharan. Poco después, una voz se oyó del otro lado.
-¿Qué quieres? No causes problemas, y la pasarás bien. Dijo Eugenia tratando de sonar tan ruda como le fuese posible.
- No quiero problemas, pero necesito ir al baño.- Dijo Romina con calma.
-¡Ah... sí... claro! Espera un momento, voy a consultar.- Dijo Eugenia, dejando la pretendida rudeza de lado.
Eugenia fue hasta el intercomunicador instalado con motivo del secuestro, y llamó a su jefa.
-¿Qué ocurre?- Preguntó Claudia.
- La chica necesita ir al baño. ¿Qué hago?-
-¿Florencia le llevó el desayuno ya?- Claudia volvió a preguntar.
- Sí jefa. Hace rato.- Contestó Eugenia.
- Bueno, si tiene que ir al baño, que vaya. Que se bañe también. Pero primero busca a Florencia. Vayan las dos con ella. No quiero que se le ocurra alguna cosa extraña como intentar escapar. Cuando termine, llévenla al cuarto en donde está el potro de tormentos, luego bajaré para hablar con ella. Y asegúrense que el aparato esté cubierto, quiero ver su expresión cuando le diga lo que va a ocurrirle.- Ordenó Claudia.
Apenas pasado el mediodía, Romina se encontraba sentada en una silla en el rincón de cuarto en el mismo sótano. Después de ducharse, se vistió con las mismas ropas del día anterior, un pantalón de jean, una remera blanca sin mangas, medias cortas y zapatillas. Las mujeres que la habían acompañado al baño, esperaban con ella a cierta distancia, sin cruzar palabra, ni siquiera entre ellas. Las paredes tenían el mismo aspecto a las del lugar en donde había pasado la noche. En el centro, una lona cubría algo grande, alguna especie de mueble o máquina, cosa a la cual la chica no le dio mucha importancia.
-¿Qué es lo que pretenden?- Preguntó Romina extrañamente calma.
- Cuando la jefa venga, te lo explicará, y nosotras nos enteraremos también, porque la verdad es...- Eugenia empezó a hablar.
-¡Cállate Eugenia!- Dijo Florencia. – No digas nada. Deja que Claudia lo explique todo.-
- No creo que tenga mucho que explicar.- Dijo Romina ante lo obvio de las circunstancias. Mi madre tiene dinero, y me han secuestrado para pedir rescate. Ustedes dos son parte de la banda, que está dirigida por una mujer. ¿Hay alguien más aparte de las tres?- Comentó y cuestionó Romina con un tono dirigente.
- Está el chofer que conducía el auto en el que...-
- Te dije que cerraras la boca, tonta.- Espetó Florencia. – Ya estás hablando de más.-
-¿Van a matarme, verdad?- Preguntó Romina.
-¡Claro que no! ¿Por qué dices eso?- Comentó Eugenia.
- Bueno. Me secuestran, me meten en un sótano, pero no me atan ni cubren mis ojos. El hecho de que están a cara descubierta frente a mí, me hace pensar que no van a soltarme. Aunque no conozco este lugar, ni sé en donde está ubicado, al salir podría ir con la policía y describirlas para que las busquen y las detengan. Mi muerte, es lo único que impediría que eso ocurriese.- Explicó Romina con sabiduría. – A no ser, que la mujer a la que le dicen jefa, oculte su rostro, y luego intente dejarlas a la deriva.
- Ella no nos abandonará.- Dijo Florencia con seguridad. – Puedes apostarlo.
- No vamos a lastimarte. Nosotras no haríamos una cosa así. ¿No es cierto?- Exclamó Eugenia tratando de encontrar en los ojos de Florencia una respuesta que le quitara el nerviosismo que las palabras de Romina habían desatado.
-¡Basta! ¡Cállense las dos!- Ordenó Florencia, quien tampoco había barajado esa posibilidad. Pues en realidad, Claudia no había comantado los detalles de su plan. – Nos quedaremos aquí tal como se nos pidió, y cuando la jefa llegue, aclarará todo el asunto.- Dijo con más dudas que certezas. Y las tres volvieron a permanecer en silencio largo rato.
Menos de media hora después, Claudia entró a cara descubierta.
- Buenas tardes, chicas.- Dijo con una sonrisa dirigiéndose hacia el centro de la habitación para recostarse contra el potro que permanecía cubierto con una lona. – Lamento haberlas hecho esperar tanto, pero una reunión de negocios se prolongó más de lo esperado.-
Mientras Romina permanecía sentada, las otras dos se pusieron de pie como si fuese una señal de respeto u obediencia para con su jefa, pero en realidad era la ansiedad provocada por lo que su prisionera había comentado un rato antes.
-¿Me reconoces, Romina?- Claudia preguntó.
- Sí. Tú eres la competencia. Estás en el mismo negocio que mi madre. ¿Qué es lo que pretendes secuestrándome? ¿No tienes dinero suficiente?- Inquirió Romina.
- En realidad lo tengo. Tengo mucho más que Beatriz. Pero la verdad es que no es el rescate lo que más me interesa.- Dijo Claudia.
- Es alguna especie de extorsión lo que buscas, entonces.-
- No, tampoco diría eso.- Agregó la mujer. – Yo diría que es... venganza.-
-¿Quieres vengarte de mi madre, y por eso vas a matarme?-
- Por supuesto que no voy a matarte.- Dijo Claudia, tras lo cual Eugenia y Florencia cruzaron miradas y suspiraron con alivio. – Ni siquiera voy a lastimarte, aunque tal vez te haga sufrir un poco.- Concluyó la mujer.
Romina no entendía muy bien de que se trataba realmente en asunto. Si no quería rescate, y no iba a extorsionar a su madre, ¿qué pretendía? ¿Separarla de la familia, solo para hacerla sufrir con su ausencia?
- Esto además de ilegal, es bastante confuso. No entiendo realmente tu propósito. ¿Quieres que mi madre sufra la angustia de no saber que es lo que ocurre conmigo, o algo por el estilo?- Preguntó Romina algo confundida.
- Bueno... en parte... sí- Claudia comenzó a hablar. – Verás, preciosa. Le envié un mensaje a tu madre diciéndole que te tenía prisionera, que no buscaba dinero, sino vengarme por haberme ganado la licitación de un negocio bastante redituable. Como te dije antes, tengo mucho dinero, pero me gusta el poder, y este nunca es suficiente.- Agregó la mujer. – Le advertí que avisarle a la policía sería bastante incómodo, porque ella al igual que yo, tiene muchas cosas que ocultar. Le dije que la insatisfacción de haberme quitado el poder que me da dominar el mercado de sistemas, debía ser compensado de otra manera, y por eso estás aquí.-
- Estás loca. ¿Hacer sufrir a mi madre te reconforta?- Preguntó Romina.
- En realidad no es solo tu madre quien va a sufrir. Verás. Hay algo que desde niña me divierte y me hace feliz. Se convirtió en casi una obsesión en mi adolescencia, y aunque ahora ya no lo es tanto, encuentro un enorme placer en ello.- Claudia comentó.
- Me confunde jefa.- Dijo Eugenia.
-¡Cállate! Déjala hablar.- Intervino Florencia por lo bajo.
-¿Tienes cosquillas, Romina?- Preguntó Claudia con una sonrisa.
Cuando Florencia oyó la pregunta, sus ojos se iluminaron. Romina era una chica preciosa, y ella podría experimentar su nueva lujuria con ella, siempre y cuando Claudia se lo permitiera.
En cambio, Eugenia sintió pena por la prisionera. Había experimentado en carne propia la tortura de cosquillas, y sabía cuan terrible podría ser. Pero si la respuesta era NO, el problema quedaba resuelto. Claudia no tendría más opción que liberarla. Pero esta acción podía traer acarreado otro problema. ¿Si a su jefa le gustaba tanto hacer cosquillas, y Romina no las tenía? ¿Se convertiría ella en la víctima? Tal vez fuese mejor que la chica fuese cosquillosa, y cuanto más mejor. Al menos esa la liberaría a ella misma de tener que volver a pasar por ese tormento.
-¡No!- Dijo la chica. En realidad, de niña tenía muchas cosquillas. Siempre había sido un juego, a excepción de la vez, a los 15 años, en la que dos de sus amigas la habían atrapado para que les contara de su nuevo novio, y ante su negativa, la habían hecho confesar haciéndole cosquillas. La habían atado a una reposera junto a la piscina en la casa de una de las chicas en el verano. Mientras una le hacía cosquillas en las axilas, la otra le hacía cosquillas en los pies. Aquella vez había podido soportar casi cinco minutos, antes de contarles todo. Lo malo fue que una vez que lo hizo, las muchachas se estaban divirtiendo tanto, que no pararon sino hasta veinte minutos después. Había sido horrible.
Pero ahora, a los veinte años de edad, esperaba que su sensibilidad a las cosquillas hubiera disminuido, y en todo caso, se defendería. Podría aprovechar sus clases de defensa personal.
- Bueno, es posible. No toda la gente tiene la misma sensibilidad a las cosquillas. Yo tampoco la tengo. Mi asistente aquí, Eugenia, es muy cosquillosa, ya lo probamos. En cuanto a Florencia... todavía no lo sé con exactitud.- Comentó Claudia. – De todas formas lo averiguaremos. Y para eso, tenemos aquí a esta belleza.- Concluyó, al tiempo en que quitaba la lona para dejar al descubierto el potro de tormentos.
- Chicas, ¿me harían el favor de acercarla y ubicarla en nuestro nuevo juguete?- Dijo Claudia con una enorme sonrisa que le iluminaba todo el rostro.
Florencia con alegría, y Eugenia con dudas, obedecieron a su jefa.


Capítulo V


Las chicas levantaron a Romina de la silla. La muchacha se resistió tanto como pudo, pero la fuerza de Florencia era sorprendente, clases de boxeo, lo que hizo que todos sus esfuerzos de lucha fueran inútiles.
-¡Suéltenme hijas de puta! ¡Déjenme en paz!- Gritaba Romina con toda su furia.
En cierta forma, Claudia disfrutaba de su resistencia. Sería más dulce su triunfo final.
Las chicas tuvieron que esforzarse bastante para lograr subirla al potro. Romina no dejó de luchar en ningún momento. Golpeó varias veces a sus secuestradoras. Ya sobre el potro, se sacudía con violencia. Si bien Florencia no tenía demasiados problemas para controlar sus brazos, se le hacía muy difícil a Eugenia poder contener sus piernas y evitar ser pateada. Recostó el peso de su cuerpo sobre las rodillas de Romina, inmovilizándola el tiempo suficiente para que Claudia atrapara sus tobillos juntos con los grilletes del potro. Luego, hacer lo mismo con sus muñecas fue sencillo.
-¡Uy, eso me dolió!- Dijo Eugenia frotándose la oreja izquierda a causa del golpe arrojado por la prisionera.
Claudia le hizo señas a Florencia para que hiciera girar la rueda y estirara el cuerpo de Romina, de forma que no pudiera moverse pero sin lastimarla.
- Bueno, preciosa.- Claudia rompió el silencio. – Vamos a tener nuestra primera función de entretenimiento, de lo que espero sea una larga estadía en cautiverio.-
Con calma y lentitud, Claudia empezó a desatar los cordones de las zapatillas de la prisionera. Romina intentó resistirse, pero apenas podía moverse. La tensión de cuerpo era demasiada, y aunque no sentía dolor, no estaba del todo cómoda.
-¡No hagas eso! ¡Si te atreves a tocarme, mi madre te hará pagar muy caro la osadía!- Amenazó Romina.
- Mira, chica. No estás en posición de hacer reclamos. Estás aquí para que satisfaga mis deseos de venganza sobre tu madre, y para descargar mis ansias de hacer cosquillas.- Sentenció la mujer.
Florencia permanecía en el otro extremo del potro, y Eugenia estaba sobre el lado izquierdo. Ambas esperan las órdenes o las acciones de Claudia.
-¡Malditas sean! ¡Déjenme ir antes de que hagan algo de lo que después se arrepientan! ¡Socorro! ¡Ayúdenme por favor!- Romina gritó.
- Mira niña, será mejor que te tranquilices. Nadie sabe que estás aquí, y nadie podrá oírte. Así que será mejor que guardes energía y no grites, al menos todavía. Si te portas bien, te prometo que seremos gentiles contigo.- Dijo Claudia, y retomó su labor.
Una vez que le hubo quitado las zapatillas, hizo lo mismo con sus medias. Los pies de Romina eran preciosos, sin callos ni asperezas. Sus dedos eran pequeños y proporcionados, y las plantas de sus pies, toda una tentación.
- Tus pies son bonitos, me pregunto si son tan suaves como se ven.- Al decir esto, Claudia comenzó a deslizar las yemas de sus dedos sobre los pies de Romina, desde los talones hasta la base de los dedos, en donde hundió sus uñas.
La sensación para la chica resultó ser apenas tolerable. Tuvo la esperanza de los años le hubiesen hecho perder sensibilidad, pero ésta no se había ido del todo, y no sabía cuanto tiempo podría mantenerse firme.
Claudia repitió sus movimientos, y Romina dio un respingo, pero no se quejó.
- No se ríe jefa.- Dijo Eugenia, preocupada ante la aparente falta de respuesta de Romina. Ella en su lugar, ya se estaría retorciendo.
- Calma pequeña. Esto recién comienza. Primero hay que cargar su sistema nervioso, es la sobrecarga lo que produce el estallido. Además, es lógico que trate de resistirse con la esperanza de hacerme desistir.- Dijo la mujer.
Cuatro dedos de cada mano, empezaron a atacar con mayor rapidez las bolas y los arcos de los pies de Romina. La chica se estremeció y empezó a temblar. Obviamente su sensibilidad a las cosquillas no se había perdido. Se mordió los labios, e inspiró hondo, para tratar de anular las sensaciones que empezaban a abrumarla. Pero rápidamente perdía en control. Sonrió primero, mientras su cuerpo seguía temblando, pero ningún sonido salió de su boca.
Entonces Claudia, comenzó a utilizar sus infalibles uñas para hacerle cosquillas en las plantas de los pies, deslizándolas e introduciéndolas entre sus dedos cada tanto, sin seguir patrones determinados. Su experiencia le había enseñado que era la mejor forma de que la víctima no anticipara los movimientos del atacante, y sus defensas cayeran.
La reacción que la pandilla buscaba, no se hizo esperar demasiado. Aunque intentó controlarse, Romina no aguantó más.
-¡No ehehehhehehehe ehehehehehe ehehehehe ehehehehehe! ¡No hehehehehe basta!- Gritó.
Recién habían comenzado a torturarla, y ya había tenido suficiente. Esto no estaba bien. Tan solo le estaban haciendo cosquillas en los pies, y una de las mujeres. ¿Qué pasaría si otra, o las tres juntas empezaban a hacerle cosquillas en todo el cuerpo?. La única esperanza de la cautiva, era que al menos estaba vestida, y la ropa le proporcionaría algo de protección.
-¡Heheheh ehehe eehhhe eheh eehhhe ehehehehheh! ¡Por favor heehehehehe! ¡Claudia heeheehehehe ehehehe hee hee hee hee!- Reía Romina. –¡Me estás heehee hee hee haciendo heeheehee hehehehehe cosquillas!-
- Lo sé mi amor. Por eso estás aquí, ¿lo recuerdas?- Dijo Claudia en tono burlón.
Las manos de la mujer atormentaban los tiernos pies de Romina, y la chica no paraba de reír y temblar. Siempre había creído que la vez que sus amigas le habían hecho cosquillas junto a la piscina, había sido terrible, pero esto era mucho peor.
Eugenia tenía un gesto indefinido en el rostro. Por un lado, se compadecía de Romina. Siendo ella misma tan cosquillosa, sabía muy bien lo que la chica debía sufrir; y por otro, sentía la curiosidad de saber como era involucrarse en una tortura de cosquillas sin ser la víctima para variar.
En cambio, Florencia estaba excitada. Le encantaba la manera en que Romina se reía, y movía sus dedos en el aire esperando con ansias que su jefa le ordenara intervenir. Si fuera por ella, a esta altura, la cautiva ya estaría desnuda, aún de no haber tenido cosquillas, hubiera encontrado alguna forma de atormentarla.
¡Hehehheheeh ehehheheeh! ¡No hehehehehe no! ¡Por dios! ¡Heheheheh heehehhehheehhehehhe!- Romina reía a los gritos. -¡Basta hehhehehh ehehehehe basta ehehehehehehe!-
-¿Te gusta esto?- Claudia preguntó, aún sabiendo que la respuesta sería negativa.
-¡No hehehehe eheheheh!- Romina siguió riendo.
Después de casi diez minutos, la mujer dejó de hacerle cosquillas. No quería que su víctima se quedara sin aire y perdiera la consciencia, pues su diversión se acabaría.
Jadeando, Romina intentaba retomar el control de su cuerpo. Se sentía abrumada y cansada.
-¡Claudia, por favor! ¡Ya no me hagas mas cosquillas en los pies! ¡Te lo suplico! ¿No te has divertido bastante, qué pretendes conseguir?- Dijo débilmente la chica.
- Esto no es nada, querida. Recién estoy empezando a conocer tus puntos débiles. Cuanto los tenga a todos bien registrados, la verdadera tortura de cosquillas comenzará.- Dijo Claudia.
Eugenia dio un paso atrás, preocupada por lo que podría pasarle en el futuro si alguna vez cometía un error grave trabajando para Claudia. Florencia oyó las palabras de su jefa y sonrió de oreja a oreja. Quería hacer un buen trabajo cuando llegara su turno, y tenía a Eugenia para practicar.
-¿Son los pies tu parte más cosquillosa?- La mujer preguntó.
Romina no sabía que responder, si decía que sí, seguramente seguirían torturando sus pies todo el tiempo, y esa idea la aterrorizaba. Pero si mentía, le harían cosquillas en el resto del cuerpo tratando de averiguar en donde era más sensible. Y si bien no estaba segura de cómo reaccionaría, ésta idea la atemorizaba también.
- Bueno, no importa lo que contestes.- Dijo Claudia.- De todas formas, vamos a hacerte cosquillas en todas partes, incluso en lugares en donde no te imaginas. Y lo averiguaremos por nosotras mismas.- Añadió. – Ahora, queridas asistentes, es tiempo que me demuestren lo que pueden hacer. Florencia, quiero que le hagas cosquillas en las axilas y costillas, y tu, Eugenia encárgate de su vientre y sus caderas. Por favor, sean crueles. Quiero que esta preciosura sufra, y se ría a más no poder. Hagan que el día valga la pena. Pero recuerden que si no quedó satisfecha con su labor, las pondré en el potro a ustedes, y les demostraré como se hacen las cosquillas.- Claudia concluyó la afirmación con un extraño todo de seriedad.
Florencia con gozo, y Eugenia con dudas, se dispusieron a cumplir con sus órdenes.


Continuará


PD:Agradezco los comentarios favorables, la verdad es que dude un poco al principio. Feliz Año Nuevo.
Gabito.

 

[cosquillero1]

Excelente, hasta ahora la historia ha sido maravillosa, sumamente creativa y llena de detalles, lo que le dá un gusto impecable. Féliz Año Nuevo para tí gabito y para todos los grandiosos amigos de la República Argentina, espero con ansias las partes restantes...

 

[pollo2]

increible men me facian esta genial que mas te puedo decir sino es que esta es uan de las historias que mas e disfrutado de verdad lo malo es que ahora la espera se me ara eterna por la seguda parte

 

[Journia]

So you who can't read it in spanish can read it.
Believe me, this is a good story!!!

Chapter III That night, in the hiding place of the gang of Claudia. Eugenia woke up frightened. It was coiled in the frazada one that covered its bed. - Hello companion. - Florence Said. - What you are doing, Flower - - Oh... nothing in individual! I said late to you this that I had had left with the desire to follow haciéndote tickle. And that is what I try to do. - Florence explained its intensities. - Nor it is happened to you! I already said to you that I did not like anything. That he had been something horrible. If you do not loosen to me, I will call to Claudia, and she it will fix everything. - Eugenia Threatened. - the female leader is not, so you can shout requesting all the aid that you want. From here, not even those that walk by the streets will hear to you. I have thought it very well. - Florence said while it approached the feet of Eugenia. The girl tried to twist with the clear intensity to free itself, but she did not obtain it. Single their head and its feet were able of movement some. In truth it was catched and at the mercy of his companion. Florence slid with smoothness, the yolks of the fingers of both hands, on the feet of Eugenia. This, felt almost immediately the necessity to laugh, like involuntary unloading of the sensations that crossed all their body, but, like before, it tried to be contained. The movements of Florence increased in speed, but not in pressure, which caused that Eugenia had certain degree of success. - You know? A part of me is very masculine. And I understand the fascination that the men feel by the feminine feet. And yours they are precious. - Florence Confessed. Tightening the teeth and breathing deep, Eugenia took the air sufficient to speak without reir itself. - It is enough, Flower. Arghhh you do not tickle to me in the feet. It is a suffering. - Perhaps - it is a suffering for you, but for me, very it is amused. - Florence Said. After saying that, it began to use the nails to harass his companion. The fingers moved quickly attacking in the plants of the feet. The sensation of the edge of the nails, gave by earth any attempt of resistance on the part of Eugenia, that exploded in outbursts of laughter. - hahahaha ahahhahahha ahahahahha is not enough hahahaha Florence ahahahhaha no! Hahahhaah hahahaha! You are to me hahahahaha killing hahahahaha - - Well, it seems that my nails make a good work. - It exclaimed satisfied Florence, without letting tickle to him in the feet to Eugenia. - It is enough! By God, hahahhahahahhahhaha is enough - The girl laughed, while its body shook incapable to give another answer aside from the laughter. - Flower hahahhhahahahh aaayyyy no, no, no! Hahahhahaha hahahahhahah! Hold! Hahahahahaha hahahhaahaha - It continued laughing. After five minutes, and to avoid that the plants of the feet of Eugenia became insensible and finished with their diversion, Florence was dedicated to torment the skin of between the fingers. It sank his nails with sufficient well-taken care of not to hurt it, but the enough thing like so that the tickle they were as effective as it wished it. In this point, Eugenia jadeaba, and fought with more vehemence trying to get rid of its prison, thing that much would not solve, because the greater physical strength of Florence, would allow to dominate it him and to continue tickling all along to him that it wanted. - Please, hahahahahahahaha no! By hahahhaha favor hahahha is enough hahahhahaha no longer ahahahhahahha I hold more! Florence hahahahahahahah - Eugenia continued suplicando, in vain. The eyes of Florence shone of joy. Although also it liked the women, was not but until her companion was in the colt of torments of Claudia, that its interest by the tickle woke up. After half an hour torturing to Eugenia doing to him tickle in the feet, the enthusiasm of Florence had not decayed in minimum. However, his pal, was debilitated. Its body sweated profusely, more than by the confinement in the blanket, by the unbearable shortage that suffered. The sensations crushed it. There was lost the coordination of his body, and it was to him difficult to organize his thoughts. Strengthless to already fight, the only thing that could make era laugh. And already not even to outbursts of laughter, the air desperately it needed and jadeaba. Hahahahahaha ahahahha ahhahahaha! No, no! Hahahahah hahahha! By God! Hahahahahha hahaahahhah - It was the weak involuntary answer, the plea by mercy, that the Eugenia poor woman could offer. - This excites much to me, Eugenia. If as much you want it, I can soltarte so that we have some sexual games. - Florence Said. - Not hahahhaha! Never haahahhaha! Hahahha is enough... - Suddenly there was silence. Florence stopped, and raised the head to watch Eugenia. The girl had been unconscious, the extreme stimulation of her senses, the lack of air, the heat, the fatigue, that knows. Only the certain thing was the frustration that felt Florence. - Small loose. Few lights and weak body, although formed very well, I must recognize. - Florence for itself said aloud. - But it will not lack another opportunity, already you will see. Perhaps meanwhile, Claudia lets to me amuse with the girl that we kidnapped late this. - Florence tried to be satisfied. Chapter IV - Wide-awake, beautiful sleeper. - Florence said to the time in which it shook the shoulder of Romina to make react it. - Already they are more than the ten in the morning. Suit something so that commas, soon I will return for llevarte with the female leader. - Romina, somnolienta, were not safe of to have listened to all the message, but it seated in the bed located in a corner of the quarter. Against the other wall, there was a small table in which the stranger who woke up it, she had left a tray with a bowl of white coffee, and some mediates fat moons. One rubbed the eyes trying to make memory of the happened thing and to identify the place in where one was. The walls had the gray color of the cement to the lack of painting. In addition to the pair of fluorescent tubes that they illuminated from the ceiling, there was no another furniture in the place. A single door and the absence of windows, made it conclude that it was a cellar. In where, obvious, she was prisoner. It left the bed, stretched, one seated on the mattress and it ate. It tried to maintain the calm, and to imagine the options that it had given the situation, but could not reach no conclusion at least until speaking with the female leader who the woman had mentioned. When finishing its breakfast, approached the door of the room, which like was to hope, it was closed by outside. It struck with force to make sure that they listened to it. Shortly after, a voice was heard across. - What you want? You do not cause problems, and you will pass it well. Eugenia said treating to sound as robust as it was possible to him. - I do not want problems, but I need to go bathroom. - Romina with calm said. -... yes clear Ah...! Delay a little while, I am going to consult. - It said to Eugenia, leaving the tried rudeza of side. Eugenia was until the intercom installed in the occasion of the kidnapping, and called to its female leader. - What happens - Claudia Asked. - the girl needs to go bathroom. What I do - - Florence took the breakfast already to him - Claudia returned to ask. - Yes female leader. For short while. - Eugenia Answered. - Good, if it must go bathroom, that goes. That one also bathes. But first it looks for Florence. The two with her go. I do not want that some strange thing like trying is happened to him to escape. When it finishes, llévenla to the quarter in where it is the colt of torments, soon I lowered to speak with her. And asegúrense that the apparatus is covered, I want to see its expression when it says to him what is going to happen to him. - Claudia Ordered. Hardly spent the noon, Romina was sitting in a chair in the corner of quarter in the same cellar. After showering, one got dressed in the same clothes of the previous day, trousers of jean, a white rower without sleeves, short averages and slippers. The women who had accompanied it to the bath, waited for with her certain distance, without crossing word, not even among them. The walls had the same aspect to those of the place in where it had spent the night. In the center, a canvas covered something great, some species of furniture or machine, thing to which the girl did not give much importance him. - What is what they try - Romina asked strangely calms. - When the female leader comes, you she will explain it, and we will also find out, because the truth is... - Eugenia began to speak. - Cállate Eugenia - Florence Said. - you do not say anything. It leaves Claudia explains everything. - - I do not believe that it has much to explain. - Romina said before the obvious thing of the circumstances. My mother has money, and they have kidnapped to me to request rescue. You two are part of the band, that is directed by a woman. There is somebody aside from the three more - Romina with a tone commented and questioned leader. - He is the driver who drived the car in which... - - I said to You that you closed the mouth, idiot. - Espetó Florence. - Already you are speaking of more. - - They are going to kill to me, right? - Romina Asked. - Clear that no! Why you say that - Eugenia Commented. - Good. They kidnap to me, put to me in a cellar, but they do not tie nor they cover my eyes to me. The fact that they are to face discovered in front of me, makes me think that they are not going to loosen to me. Although I do not know east place, nor I know in where is located, when leaving it could go with the police and to describe them so that they look for them and they stop them. My death, is the unique thing that it would prevent that that happened. - Romina with wisdom explained. - To not being, that the woman to whom they say female leader to him, it hides his face, and soon it tries to leave them to the drift. - She will not leave to us. - Florence said surely. - You can bet it. - we do not go to lastimarte. We would not make a thing thus. It is not certain - Eugenia exclaimed treating to find in the eyes of Florence an answer that cleared the nervousness to him that the words of Romina had untied. - It is enough! Cállense the two - Florence ordered, that had not shuffled that possibility either. Then in fact, Claudia had not comantado the details of its plan. - we will remain here as it was requested to us, and when the female leader arrives, it will clarify all the subject. - It said with more doubts than certainties. And the three returned to remain in long silence short while. Less of half an hour later, Claudia entered discovered face. - Good afternoon, girls. - She said with a smile going towards the center of the room to recostar itself against the colt that remained place setting with a canvas. - Moan them to have made hope as much, but a business meeting extended more of the awaited thing. - While Romina remained sitting, the other two were put of foot as if it was a signal of respect or obedience towards his female leader, but in fact was the caused anxiety reason why her prisoner had commented awhile before. - you recognize to Me, Romina - Claudia asked. - Yes. You are the competition. You are in the same business that my mother. What is what you try kidnapping to me? You do not have sufficient money - Romina Inquired. - In fact I have it. I have Beatriz much more. But the truth is that it is not the rescue which interests to me more. - Claudia Said. - It is some species of extorsion which you look for, then. - - No, it would not say that either. - The woman added. - I would say that it is... revenge. - - You want vengarte of my mother, and for that reason you are going to kill to me - - Of course that I do not go to matarte. - Claudia said, after which Eugenia and Florence crossed cautious and sighed with lightening. - Not even I go to lastimarte, although perhaps it makes you undergo a little. - It concluded the woman. Romina did not understand very well that it really treated in subject. If it did not want rescue, and it were not going to extort his mother, what tried? To separate it of the family, single to make suffer it with its absence? - This in addition to illegal, is quite confused. I do not understand really your intention. You want that my mother undergoes the anguish of nonknowledge that is what it happens with me, or something of the sort - She asked to confused Romina something. - Good... partly... yes - Claudia began to speak. - You will see, precious. I sent him message to your mother saying him that it had prisoner to you, who did not look for money, but to take revenge to me by to me to have gained the licitation of a quite income-producing business. As I said to you before, I have much money, but I like the power, and this never it is sufficient. - The woman added. - I noticed to Him that to warn to him the police it would be enough discomfort, because she like I, it has many things that to hide. I said to him that the dissatisfaction of to me to have cleared the power that it gives to dominate the market me of systems, it had to be compensated of another way, and for that reason you are here. - - You are crazy. To make undergo my mother comforts to you - Romina Asked. - In fact your mother is not single who is going to suffer. You will see. There is something from girl amuses to me and me it makes happy. One became almost one obsession in my adolescence, and although now no longer it is it as much, encounter an enormous one to please in it. - Claudia commented. - female leader confuses to Me. - Eugenia Said. - Cállate! Déjala to speak. - Florence by low it took part. - You have tickle, Romina - Claudia with a smile asked. When Florence heard the question, their eyes were illuminated. Romina was a precious girl, and she could experience her new lujuria with her, as long as Claudia allowed it. However, Eugenia felt pain by the prisoner. It had experienced in own meat the tickle torture, and knew terrible how could be. But if the answer were NO, the problem was resolute. Claudia would not have more option than to release it. But this action could bring carried another problem. If to his female leader it liked so much to make tickle, and Romina not it had them? Would become it the victim? Perhaps it was better than the girl was ticklish, and at the most better. That would release it at least to she herself to have to return to happen through that torment. - No - The girl said. In fact, of girl she had many tickle. It had always been a game, with the exception of the time, to the 15 years, in which two of their friends had catched it so that it told them of its new fiancè, and before its refusal, they had made it confess tickling to him. They had tied it to a reposera next to the swimming pool in the house of one of the girls in the summer. While one tickled to him in the armpits, the other tickled to him in the feet. That time had been able to support almost five minutes, before telling everything them. The bad thing was that once did it, the girls were amusing so much, that they did not stop later but up to twenty minutes. He had been horrible. But now, to the twenty years of age, it hoped that its sensitivity to the tickle had diminished, and in any case, it would be defended. It could take advantage of his classes self-defense. - Good, it is possible. All people do not have the same sensitivity to the tickle. I do not have it either. My assistant here, Eugenia, are very ticklish, already we proved it. As far as Florence... still I do not know it with exactitude. - Claudia Commented. - In any case we will find out it. And for that, we have here to this beauty. - It concluded, to the time in which it cleared the canvas to leave the colt of torments in the open. - Small, they would please make me approach it and locate it in our new toy - Claudia with an enormous smile said that illuminated all the face to him. Florence with joy, and Eugenia with doubts, obeyed to their female leader. Chapter V The girls raised to Romina of the chair. The girl resisted as much as she could, but the force of Florence was surprising, boxing classes, which caused that all their efforts of fight were useless. - Suéltenme daughters of puta! Déjenme peacefully - Romina with all its fury shouted. In certain form, Claudia enjoyed its resistance. Its final triumph would be sweeter. The girls had to make an effort enough to manage to raise it the colt. Romina did not let fight at any moment. It struck several times to his kidnappers. Already on the colt, it was shaken with violence. If Florence did not have too many problems well to control its arms, it was done to him very difficult to Eugenia to be able to contain his legs and to avoid to be kicked. Recostó the weight of its body on the knees of Romina, immobilizing it the sufficient time so that Claudia catched its together ankles with the shackles of the colt. Soon, to do the same with its wrists was simple. - Uy, that hurt to me - It said to Eugenia rubbing the left ear because of the blow thrown by the prisoner. Claudia did signs to him to Florence so that it rotated the wheel and it stretched the body of Romina, so that it could not move but without hurting it. - Good, precious. - Claudia broke silence. - We are going to have ours first function of entertainment, of which I hope is one long estadía in captivity. - With calm and slowness, Claudia began to untie cords of the slippers of the prisoner. Romina tried to resist, but as soon as it could move. The body tension was too much, and although it did not feel pain, was not absolutely comfortable. - you do not do that! If you dare to touch to me, my mother will make pay very expensive osadía you - Romina Threatened. - Sight, girl. You are not On guard to make reclamations. You are here so that it satisfies my desires with revenge on your mother, and to unload my anxieties to tickle. - It sentenced the woman. Florence remained in the other end of the colt, and Eugenia was on the left side. Both wait for the orders or the actions of Claudia. - Malditas is! Déjenme to go before they do something of which later regrets! Aid! Ayúdenme please - Romina shouted. - young Sight, will be better than you tranquilize yourself. Nobody knows that you are here, and nobody will be able oírte. So it will be better than you keep energy and you do not shout, at least still. If you behave well, I promise to you that we will be gentile with you. - Claudia said, and retook its work. Once the slippers had cleared him, it did the same with his averages. The feet of Romina were precious, without calluses nor harshness. Their fingers small and were provided, and the plants of their feet, all a temptation. - Your feet are pretty, I am wondered if they are as smooth as see. - When saying this, Claudia began to slide the yolks of its fingers on the feet of Romina, from the heels to the base of the fingers, in where it sank his nails. The sensation for the girl hardly turned out to be tolerable. It had the hope of the years had made him lose sensitivity, but this one had not gone away absolutely, and whichever time did not know could stay signs. Claudia repeated its movements, and Romina gave respingo, but it did not complain. - female leader does not ***reflx mng itself. - Eugenia, worried before the apparent lack of answer of Romina said. It in her place, already would be twisting. - Barren small. This just begins. First it is necessary to load his nervous system, is the overload which produces the outbreak. In addition, it is logical that it tries to resist with the hope to make me stop. - The woman said. Four fingers of each hand, began to attack with greater rapidity the balls and the arcs of the feet of Romina. The girl shook and began to shake. Obvious its sensitivity to the tickle was not had lost. One bit the lips, and it inspired deep, to try to annul the sensations that began to crush it. But quickly it lost in control. It smiled first, while its body continued shaking, but no sound left its mouth. Then Claudia, began to use its infallible nails to as much tickle to him in the plants of the feet, sliding them and introducing them between its fingers each, without following patterns certain. Its experience had taught to him that was the best form of than the victim did not anticipate the movements of the attacker, and their defenses fell. The reaction that the gang looked for, was not made wait for too much. Although it tried to control itself, Romina did not hold more. - Not ehehehhehehehe ehehehehehe ehehehehe ehehehehehe! Hehehehehe is not enough - It shouted. Just they had begun to torture it, and it had already had sufficient. This was not well. So single tickle in the feet, and one of the women were doing him. What would happen if another one, or the three meetings began to tickle to him in all the body. The only hope of the captive, was that at least it was dressed, and the clothes would provide something to him of protection. - Heheheh ehehe eehhhe eheh eehhhe ehehehehheh! Please heehehehehe! Claudia heeheehehehe ehehehe hee hee hee hee - Romina Laughed. - you are to Me heehee hee hee doing heeheehee hehehehehe tickle - - I know my love to It. For that reason you are here, you remember it - Claudia in mocking tone said. The hands of the woman tormented tier to us feet of Romina, and the girl did not stop to laugh and to shake. She had always thought that the time that their friends had tickled him next to the swimming pool, had been terrible, but this was much worse. Eugenia had an indefinite gesture in the face. On the one hand, it was felt sorry of Romina. Being so ticklish she herself, it knew very well what the girl had to suffer; and on the other hand, it felt the curiosity of knowing as it were to become jumbled in a torture of tickle without being the victim to vary. However, Florence was excited. It enchanted the way to him in which Romina was ed ***reflx mng, and moved his fingers in the air hoping with anxieties that her female leader ordered to him to take part. If it go by her, to this height, the captive already would be naked, still of not to have had tickle, it had found some form to torment it. Hehehheheeh ehehheheeh! Not hehehehehe no! By God! Heheheheh heehehhehheehhehehhe - Romina laughed to the shouts. - Coarse hehhehehh ehehehehe is enough ehehehehehehe - - You like this - Claudia still asked, knowing that the answer would be negative. - Not hehehehe eheheheh - Romina continued laughing. After almost ten minutes, the woman let tickle to him. She did not want that her victim remained without air and lost the conscience, because its diversion would finish. Jadeando, Romina tried to retake the control of its body. One felt crushed and tired. - Claudia, please! No longer you tickle but to me in the feet! You the suplico! You have not amused yourself enough, what you try to obtain - The girl said weakly. - This is not nothing, wanted. Just I am beginning to know your points weak. Whatever has them to all good registered, the true torture of tickle will begin. - Claudia Said. Eugenia gave an one step back, worried reason why it could happen to him in the future if sometimes it committed a serious error working for Claudia. Florence heard the words of its female leader and smiled of ear ear. It wanted to make a good work when its turn arrived, and had to Eugenia to practice. - your more ticklish part Is the feet - The woman asked. Romina did not know that to respond, if it said yes that, surely they would continue torturing his feet all along, and that idea terrified it. But if it lay, they would tickle to him in the rest of the body having treated to find out in where he was more sensible. And although she was not safe of how it would react, this one idea also frightened it. - Good, it does not matter what you answer. - Claudia Said. - In any case, we even go to hacerte tickle everywhere, in places in where you do not imagine. And we will find out it by we ourself. - It added. - Now, wanted attending, it is time that demonstrates to me what they can do. Florence, I want that you do tickle in the armpits and ribs to him, and your, Eugenia encárgate of its belly and its hips. Please, they are cruel. I want that this preciosura suffers, and it is ed ***reflx mng more to not being able. Cause that the day is worth the trouble. But they remember that if it were not satisfied with its work, I will put in the colt you, and I will demonstrate to them since they tickle. - Claudia concluded the affirmation with a stranger everything of seriousness. Florence with joy, and Eugenia with doubts, was arranged to fulfill their orders. It will continue PD:Agradezco the favorable commentaries, the truth is that it doubts a little in the beginning. Happy New Year. Gabito

 

[cosquillero1]

Espero gabito, que no te hayas desanimado y desees terminar la historia. ¡¡ Me gustaría mucho conocer su desenlace !! :super_hap.

 

[pollo2]

que onda men no avandones asi tu pust es muy bueno dever de continuar no me puedes dejar asi picado